viernes, 7 de septiembre de 2007

Torturas a conciencia

Las ortodoncias son cada vez más sorprendentes.
Bah, lo sorprendentes son los dentistas. A veces siento que están improvisando como cuando yo toco jazz. Me desespera.
Te sientan ahí en la silla, te reclinan, viene la ortodoncista líder a ver qué estuvo haciendo la mina con la que me derivó.

-Hola! A ver... abrí.
-Está mejor...
-Mmm.... sí, claro, mejor. A ver, mordé.
-Con este [nombre x de pieza dentaria] podríamos hacer stripping [o alguna otra definición técnica o palabra que fuera de contexto sonaría mal, pero en el contexto de la boca suena treinta veces peor].
-Sí, acá podemos poner triangulación de elásticas[te ponen unos elásticos enganchándote un diente de arriba con dos de abajo, en una preciosa forma de triángulo, que aunque me digan que es para mover alguna que otra pieza para un u otro lado, yo sé que es para que me calle un poco]. Abrí.
-Sí, pero nos va a mover este para acá y ese para allá, y queremos que este vaya para allá y ese para acá.
-Sí, puede ser. Vamos a probar. Mordé. Mirá qué grande que es ese [otra pieza dentaria que antes de los benditos aparatos mordía más o menos, pero ahora no sirve ni para un colgante porque me duele demasiado]!!!!
-Sí, es enorme. Abrí. Me parece que ese no lo vamos a poder ubicar bien.
-Mmm... sí, no sé. Hay que ubicar la línea media [así le llaman a la línea de los dos dientes del medio, que tiene que coordinar con la mitad de la nariz, la mitad de la pera, la mitad del entrecejo, la mitad del ombligo. El hueco que me dejaron entre los dientes del medio ahora tiene una ubicación excelente. Si hacemos la metáfora de la ubicación con un departamento, es como si tuviera un balcón con vista al mar, más o menos].
-Y hay que cambiar esto [acá hacen presión sobre la ortodoncia, es decir sobre los alambres que unen mis dientes, demostrando lo flojos que están estos, y que deben ser tensionados otra vez.]
-Sí, seguro. A ver, mordé. Acá voy a tener que limar[NO es un chiste].
-Sí. Abrí. Sí, sino no va a haber espacio[aclaro que para esta altura a mí ya me sacaron CUATRO dientes de la boca para hacer espacio, cuatro dientes SANOS solo por una cuestión estética].

La charla se completa con un par de palabras de optimismo.
Optimismo, cuando los profesionales dentarios dicen "no sé", "vamos a probar", y esas demás frases de incertidumbre.
Saben qué me hace sentir? Siento que son una pareja de novios que están buscando su primera casa para irse a vivir juntos y están diciendo dónde pueden poner tal o cuál mueble. "Mirá, mi amor, acá podríamos poner el aparador, allá el mueble de la tele y ahí en la esquina el premolar".

No quiero un solo comentario al estilo de "para qué te los pusiste?", porque no fue voluntad propia, me los pusieron por decisión de mis viejos, a pesar de que les pedí que no.
Por mí iría por la vida con los dientes torcidos y funcionando, y sin dolor alguno.
Si alguna vez llego a tener mucha, pero mucha, pero mucha guita, como para no tener que trabajar, voy a estudiar odontología, así me divierto un poco cobrando venganza con los nietos de mis ortodoncistas.

Manga de insufribles. Eso son ustedes. Doctorados insufribles.

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