martes, 5 de junio de 2007

Happy Anniversary

El viernes 1° de junio que acaba de pasar, cumplí cinco años de mi primera clase de guitarra. Para "festejar", hice lo más parecido a suicidarse el espíritu que hay: fui a ver, al Centro Cultural de Berazategui, por el increíble precio de $4, a la banda que salió segunda en los torneos bonaerenses de rock: Viceversa.
Son tres pibes como uno, de dieciocho años aproximadamente, salvo con la característica particular de que los tres son los mejores músicos de dieciocho años que vi hasta hoy.
El Bajista es todo una banda aparte. Vi a Divididos en vivo. Vi al superbajista de Steve Vai, al mega bajista de Joe Satriani y John Petrucci, a Deep Purple. Ni esos tipos que dan la vuelta al mundo ganando dinero de lo que más les gusta hacer se comparaban con este monstruo de pelos enrulados y dedos que se movían a la velocidad de la luz y golpeaban el bajo como si lo amaran y odiaran al mismo tiempo. Puede que el chabón sea un exhibicionista, porque no dudo que los bajistas que antes mencioné puedan hacer todo lo que él hizo... bueno, sí, lo dudo, pero ninguno de ellos estuvo toooodo el recital haciéndolo. Ustedes díganle exhibicionismo a eso, digan que el chabón es un desubicado, que se cree que es lo más importante de la banda, lo que quieran. Yo digo que además de tener la capacidad de hacer toooodo eso que él hizo, hay que tener el aguante para hacerlo durante aproximadamente una hora. Se mandó un solo en el cual tocó en un bajo el tema de La Pantera Rosa, de Henry Mancini... no parecían dos, parecían tres bajos. Se podían distinguir una parte dando las notas, otra acompañando y otra en donde hacía la melodía, y los demás adornos que tiene el tema. Una bestia, un virtuoso.
El guitarrista era un velocista olímpico. Era humillantemente bueno, denigrantemente genial, aplastantemente zarpado. Soberbio, envidiable, odiosamente espectacular. No digan "porque su pedalera" ni "porque su guitarra Ibanez"... si no tenés los dedos para hacer eso, no hay guitarra maravillosa que valga.
El baterista le ponía unas bases que te daban ganas de ponerte a saltar en la silla. Era enloquecedor. La batería estaba muy alta, es verdad, pero los ritmos tenìan una onda tremenda, aparte de que tocaba impresionantemente excelente, claro.
Y los temas... eran buenísimos! Todos una re fuerza, una re onda, una avalancha de energía, una inspiración tras otra, qué se yo.
Hasta ahora, me dirán "qué bárbaro... pero por qué todo tan mal?"...
No eran Joe Satriani, Mike Portnoy y Jaco Pastorious, entienden? Eran Gonza, Ale, y Gastón, creo que se llamaba el otro. Eran gente como uno, no eran esos tipos distantes que posiblemente son semidioses del olimpo desterrados y que por venganza dicen "OK, ustedes no me reconocen como Dios? Lo harán otros millones de personas" y se lanzan a hacer la mejor banda del mundo o a ser el mejor músico que hay sobre la faz de la tierra. Eran pibes como uno, que se habían puesto a tocar, y que tocan zarpadísimo, demasiado bien para que uno pueda disfrutar el show. Te daban ganas de gritar "basta chabón, qué te hice para que me hicieras esto?".
Lo cierto es que era humillante saber que ellos tocaban mejor que uno, y más triste era saber ( y cuando yo digo saber me refiero a tener toda la seguridad del mundo) que no voy a llegar ni a la centésima parte de lo que ellos hacen. Y no me digan "cómo sabés vos?", porque después de cinco años, no uno, no dos, cinco años de estar tocando y tocando y tocando tenés que llegar a cierto nivel técnico de ejecución, al que yo no llego. Y si no llegué hasta ahora, con todo el tiempo del mundo para practicar y sin ninguna otra preocupación en la cabeza, mucho menos voy a llegar cuando esté reventándome la cabeza en la facultad y/o trabajando, y/o manteniendo una familia, y/o lo que sea que me depare el futuro.
Me consumió la envidia. Y, claro, después, cuando concientizo, digo "qué culpa tienen estos chabones de ser geniales?"... y caigo en la frustración, en el "todo es mi culpa, todo es mi culpa".
Y no me dan ganas de ver a mi guitarra nunca más. No tengo más ganas de tocar, siento que no me satisface, que no me da lo que me daba antes. Que yo no le puedo dar, después de cinco años, lo que merece.
Es que estos tipos no son los únicos, y esta no es la primera vez que me digo a mí mismo "estoy mal", sino que ya me había pasado de conocer a gente que estoy seguro que toca hace menos tiempo que yo, y que toca mejor. Y mejor es mejor en todos los aspectos. Técnicamente, expresivamente, más estilos, más ubicación en su rol de miembro de una banda y no de solista (no estar piribiribiribiribiribiribiri tirando cincuenta notas por segundo todo el tiempo, por más que pudieran) y demás cosas que, a esta altura, no tengo ni la esperanza de volver a tener la esperanza de poder hacerlo.
Y la esperanza, dicen, es lo último que se pierde.
Mierda, alguien me tendría que haber avisado cuando perdí los pantalones.
A lo mejor es el fin de una etapa de mi vida, así como el año pasado fue el fin después de estudiar nueve años de inglés.
No sé, veremos que pasa.

2 comentarios:

  1. No Pepe, dale y dale, sin descanzo.
    Mira la edad que tenes....ponete como meta, en 20 años mas, tocar la mitad de lo que toco ese pibe la Ibañez....20 años, no me digas que no tenes tiempo....
    Y ademas te queda formar y tocar en una banda de amigos o compañeros de trabajo cuando tengas mas de 40, o tocar con tu hijo y sobrinos en un cumple dentro de 20 años......
    Mira si no va a valer la pena.

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  2. Respuesta de "Happy anniversary"
    Dando vueltas por la web encontramos tu comentario, la verdad nos dejo anonadados. Muchas gracias por los halagos, y el bajista se llama gera. :P
    PD: El 31 de agosto (este viernes)
    viceversa en maderock 23hs
    kile_madigan@hotmail.com
    geracatupecu@hotmail.com
    tunenaamalgamada_gonzy@hotmail.com

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