lunes, 19 de marzo de 2007

Historia y noticias

Historia:
Bajé del auto, me dirigí con nervios hacia la puerta y esperé a que la secretaria, desde adentro, me abra el portón eléctrico. Los nervios no eran infundados: la doctora había dicho que esta era la pieza más difícil, y eso me daba mido. Me daba miedo de que se rompiera y se complicara la operación, que supuestamente debía ser solo un trámite.
Pero los pensamientos sobre lo que vendría se despejaban con un libro de física que tenía en las manos. Hasta que se asoma alguien de la puerta de la sala de Martín y dice "ahí estás, pasá". Dejé el libro y me incorporé, pensando en que si esto sale bien, lo demás sale solo: todo lo que seguía iba a ser mucho más fácil y no iban a volver a haber extracciones. El último de los cuatro, qué tal? Me acuesto en esa cama/sillón/cosa reclinable y espero. Un hombre de 1,85 metros aproximadamente se acerca y me estira la mano.
-Qué tal?
-Bien, bien.
-Bien o nervioso?
-Nervioso pero bien.
-Te saqué alguno antes yo?
-Sí, el simétrico.
-A ver...-inspecciona- ahá, sí, ya casi está cubierto ese espacio... y qué tal fue la extracción anterior?
-Bien, otros con otras médicas han costado más.
-Bueno, entonces esperemos que este salga fácil también... no tendrías que estar nervioso!
-No es tan fácil, jaja.
-Bueno, lo tenés jodido o es por ortodoncia?
-Por ortodoncia.
-Ah, bueno, eso ya es un punto a favor.
- Sí, está sano.
-Bueno, te voy a poner la anestecia, te va a doler un poco, pero va a ser lo único que te va a doler hoy, ok?
-Sí, ok.
Acto seguido, saca esas jeringas que muestran en las caricaturas simulando una exageración que en este caso es algo muy real: la aguja enorme, de brillante metal, y con un contenedor de líquido más bien grande.
-Respirá hondo.
Respiré hondo y cerré los ojos, no tengo mucho estómago para ver cómo meten una aguja de ese tamaño en mi encía. Siento un leve pichazo, pero después no siento nada más, como si después de pasar cierto sector con sensibilidad no me doliera más. Eso, o ya había empezado a inyectarme la anestecia...
Parecía interminable. Ahora respiraba normal y parpadeé, pero vi la aguja aún en mi boca y decidí cerrar los ojos otra vez.
-Listo, hacete un buche, ahora seguimos.
Cuando me pongo el agua en la boca siento que se me va a caer, y la escupo.
-Tenés el sabor amargo?
-No, es que ya perdí el control de la boca.
-Jajaja. Ahora te inyecto en la parte de adentro de la encía, estamos?
-Dale.
Repite la operación. Esta dolió un poco más, pero prefiero pasar estos segundos con un dolor insignificante a pasarme lo que me parecería toda una vida con uno de los dolores más grandes que existen.
-Hacete otro buche. Ya vengo.

Ya tenía esa parte de la boca dormida.
Seguía nervioso. Y bueno, una cosa así no se pasan todos los días. Es más, solo cuatro días de mi vida, y ya son demasiados para una sola persona. Algunos ni siquiera conocen una de esas pinzas. Evidentemente, los nervios se me notaban en la cara... porque:
-Ya tenés que estar más que tranquilo, no?
-Y...
-Por qué estás nervioso?!
-Si lo supiera, lo resolvería y listo, no?
-jaja, claro...
-Guardame el diente...
-La última vez te lo llevaste?
-No, lo tiraste!
-Obvio! Mirá si te voy a dar un diente que ya no sirve!
-Es parte de mí!
-Andáaaaaaa... qué querés, hacerte un llavero?!
-... no sería mala idea!
-Tomatelás!
-jajajaja
-Bueno, ahora te voy a hacer presión con esto -muestra un gancho medio raro -y vos levantás la mano izquiera si te duele. Sí?
Presionó, presionó, pero no sentí dolor, sólo presión... contestaba "a-a" cuando me preguntaba si me dolía.
-Bueno, ahora esperemos que no de mucho trabajo. Relajate bien... ahí está, bien relajado.

Obviamente, volví a cerrar los ojos. Martín lo agarra firmemente con la pinza y empieza a tirar, haciendo juego de un lado a otro. Es un momento incómodo: te estás extirpando parte de tu cuerpo, y ni siquiera está "podrido" como para tener que sacarlo, es una cuestión estética, eso me revienta más que nada. Yo estoy encontra de los estetismos, pero acá me encontraba, haciéndome sacar un diente para hacer espacio a los demás, que van a ser acomodados con los alambres que ya tengo en los dientes. Es una situación fea, porque por más que no duele sentís la fuerza del tipo arrancándote algo que durante dieciseis años te ayudó a comer, sabés que no va a volver a estar, sabés que no lo vas a volver a ver ni a limpiar jamás... ¿Por qué tarda tanto? Esto me está empezando a molestar.
Tuc! De la fuerza que estaba haciendo para arriba, me golpeó un diente de la parte superior.
-Tranquilo.
Y sí, ahora que ya pasó estoy tranquilo, puedo abrir los ojos y ver cómo esgrime mi premolar ensangrentado entre las pinzas cual diamante que costó mucho sacar de entre las piedras.
Se dibuja una sonrisa en mi rostro, con la boca cerrada para no mostrar el hueco, pero una sonrisa al fin.
Tardó más que con el otro, tengo que decirlo, pero igual tardó menos que con los dos primeros, con la otra odontóloga.

Abro la boca y me pone una gasa en el nuevo agujero que mi boca tiene.
-Mordé, y apretá fuerte así cicatriza.
-Ji.
-Nada de deportes por veinticuatro horas, si no hacés ningún esfuerzo por cuarenta y ocho horas mejor todavía.
-Ahá.
-Igual ahí en recepción te dan el papel con las indicaciones.
-Ok.
-Nos vemos, che, muy bien.
-Cjau, grajiaj eh!
-No, por favor.

Salgo, me subo al auto. Ya tenía la cabeza en otro lado, después pensaba comer mucho helado de chocolate y de dulce de leche yo solo, pensaba en que tenía que ir a buscar unas entradas para ir a un conciero de Meredes Sosa, pensaba en el libro de física que tenía en la mano, pensaba en que mi vieja se quebró un dedo del pie, pensaba en los dos discos de Pez que el correo había traído y todavía no había escuchado... pensaba... pensaba... pero algo me olvidaba...
Y de repente....
-Hijo de uta! Hijo de uta!
Se quedó con mi diente, y seguramente lo tiró a la basura.
Botón. Garca. Le dije que me lo diera, garca, botón. Hacen sacar mi peor faceta:
-Gollum, gollum, nos engañaron, el precioso debe ser nuestro, sí, gollum, gollum! Fuimos engañados por esos odontólogos, precioso, precioso. Gollum.

Noticias:
-Mi vieja se quebró un dedo del pie.
-Pienso ir a ver a Mercedes Sosa a la plaza de mi ciudad, ya conseguí las entradas anticipadas.
-Tengo dos discos de Pez nuevos (Convivencia Sagrada y El Sol detrás del Sol) que están buenísimos y escucho mientras escribo esto.
-Entre una tonelada de libros que estaban guardados en el galpón de la casa de mi abuela encontré uno de física que está bueno.
-Después de que me sacaran el diente, comí helado de dulce de leche y de chocolate.
-Me sacaron un diente, pero que el garca del odontólogo, haciendo caso omiso a mi pedido, no me lo dió.
Garca.
Botón.
Gollum, gollum.

4 comentarios:

  1. jajajja... ajjaja excelente!!!

    ajjaja,...

    por otro lado, odio los odontologos, en si odio ir a cualquier tipo de medico, odio el dolor, el unico q puedo soportar es el dolor fisico de algun musculo, pero cualquier cosa interna me desquicia... por suerte gracias a eso me cepillo muy bien los dientes y doy gracias q nunca tuve ningun problema mas q usar aparatos (y por suerte no fijos)

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  2. Después de atrasarlo mucho tiempo hoy es el día: tengo que ir al dentista... y me encuentro con esto. No me gusta ir al dentista proque sé que me va a doler!
    ¿por quéeeee me hacés eeesto??

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  3. Si tanto le gusta quedarse con los dientes ajenos llevale un diente de ajo!

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  4. El libro de Fisica, es el de Resnik y Holliday ????
    Fisica I ???

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