domingo, 25 de marzo de 2007

But I'm not the only one

Hace un tiempo publiqué esto.
Entonces Liniers publica esto:
Bueno, no soy el único. Igual yo no creo que reaccione así. Aunque quién sabe.
Es un ladrón. Para mí que el botón de Liniers lee Molestia Aparte.
Ah! Hola Liniers!
Bien, bien!

sábado, 24 de marzo de 2007

Como la cigarra (María Elena Walsh)

Tantas veces me mataron, tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí resucitando
Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal
porque me mató tan mal y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra

Tantas veces me borraron, tantas desaparecí
a mi propio entierro fui solo y llorando
Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después
que no era la única vez y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra

Tantas veces te mataron, tantas resucitarás
cuántas noches pasarás desesperando
Y a la hora del naufragio y la de la oscuridad
alguien te rescatará para ir cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra

miércoles, 21 de marzo de 2007

Zeppelin abre puertas

En realidad debería llamarse Zeppelin abre puertas II, porque en La Foto de Jimi ya se trató de este tema. Más precisamente acá.
Fui a cambiarle la malla a mi reloj de pulsera a una relojería atendidad por una pareja de ancianos y por un tipo que rondaba los cuarenta y tantos. Cuando llegué, el que vendedor que estaba libre era este último.
Cuando le doy el reloj dice "ya te busco una", y en treinta segundos me devolvió el reloj con una malla nueva.
-¿Cuánto te debo?
-Nada, Zeppelin no paga nada.

Tenía mi remera de Led Zeppelin.
Aguante Led Zeppelin carajo, es una de las mejores bandas de la historia, y además me cambian la malla del reloj gratis.
Y si todavía no estás convencido de lo bueno que es Led Zeppelin, click acá para ver el mejor tema del mundo, click con el derecho acá y "guardar destino como" o "save target as" acá para otro temazo, y click acá para ver otro más.

lunes, 19 de marzo de 2007

Historia y noticias

Historia:
Bajé del auto, me dirigí con nervios hacia la puerta y esperé a que la secretaria, desde adentro, me abra el portón eléctrico. Los nervios no eran infundados: la doctora había dicho que esta era la pieza más difícil, y eso me daba mido. Me daba miedo de que se rompiera y se complicara la operación, que supuestamente debía ser solo un trámite.
Pero los pensamientos sobre lo que vendría se despejaban con un libro de física que tenía en las manos. Hasta que se asoma alguien de la puerta de la sala de Martín y dice "ahí estás, pasá". Dejé el libro y me incorporé, pensando en que si esto sale bien, lo demás sale solo: todo lo que seguía iba a ser mucho más fácil y no iban a volver a haber extracciones. El último de los cuatro, qué tal? Me acuesto en esa cama/sillón/cosa reclinable y espero. Un hombre de 1,85 metros aproximadamente se acerca y me estira la mano.
-Qué tal?
-Bien, bien.
-Bien o nervioso?
-Nervioso pero bien.
-Te saqué alguno antes yo?
-Sí, el simétrico.
-A ver...-inspecciona- ahá, sí, ya casi está cubierto ese espacio... y qué tal fue la extracción anterior?
-Bien, otros con otras médicas han costado más.
-Bueno, entonces esperemos que este salga fácil también... no tendrías que estar nervioso!
-No es tan fácil, jaja.
-Bueno, lo tenés jodido o es por ortodoncia?
-Por ortodoncia.
-Ah, bueno, eso ya es un punto a favor.
- Sí, está sano.
-Bueno, te voy a poner la anestecia, te va a doler un poco, pero va a ser lo único que te va a doler hoy, ok?
-Sí, ok.
Acto seguido, saca esas jeringas que muestran en las caricaturas simulando una exageración que en este caso es algo muy real: la aguja enorme, de brillante metal, y con un contenedor de líquido más bien grande.
-Respirá hondo.
Respiré hondo y cerré los ojos, no tengo mucho estómago para ver cómo meten una aguja de ese tamaño en mi encía. Siento un leve pichazo, pero después no siento nada más, como si después de pasar cierto sector con sensibilidad no me doliera más. Eso, o ya había empezado a inyectarme la anestecia...
Parecía interminable. Ahora respiraba normal y parpadeé, pero vi la aguja aún en mi boca y decidí cerrar los ojos otra vez.
-Listo, hacete un buche, ahora seguimos.
Cuando me pongo el agua en la boca siento que se me va a caer, y la escupo.
-Tenés el sabor amargo?
-No, es que ya perdí el control de la boca.
-Jajaja. Ahora te inyecto en la parte de adentro de la encía, estamos?
-Dale.
Repite la operación. Esta dolió un poco más, pero prefiero pasar estos segundos con un dolor insignificante a pasarme lo que me parecería toda una vida con uno de los dolores más grandes que existen.
-Hacete otro buche. Ya vengo.

Ya tenía esa parte de la boca dormida.
Seguía nervioso. Y bueno, una cosa así no se pasan todos los días. Es más, solo cuatro días de mi vida, y ya son demasiados para una sola persona. Algunos ni siquiera conocen una de esas pinzas. Evidentemente, los nervios se me notaban en la cara... porque:
-Ya tenés que estar más que tranquilo, no?
-Y...
-Por qué estás nervioso?!
-Si lo supiera, lo resolvería y listo, no?
-jaja, claro...
-Guardame el diente...
-La última vez te lo llevaste?
-No, lo tiraste!
-Obvio! Mirá si te voy a dar un diente que ya no sirve!
-Es parte de mí!
-Andáaaaaaa... qué querés, hacerte un llavero?!
-... no sería mala idea!
-Tomatelás!
-jajajaja
-Bueno, ahora te voy a hacer presión con esto -muestra un gancho medio raro -y vos levantás la mano izquiera si te duele. Sí?
Presionó, presionó, pero no sentí dolor, sólo presión... contestaba "a-a" cuando me preguntaba si me dolía.
-Bueno, ahora esperemos que no de mucho trabajo. Relajate bien... ahí está, bien relajado.

Obviamente, volví a cerrar los ojos. Martín lo agarra firmemente con la pinza y empieza a tirar, haciendo juego de un lado a otro. Es un momento incómodo: te estás extirpando parte de tu cuerpo, y ni siquiera está "podrido" como para tener que sacarlo, es una cuestión estética, eso me revienta más que nada. Yo estoy encontra de los estetismos, pero acá me encontraba, haciéndome sacar un diente para hacer espacio a los demás, que van a ser acomodados con los alambres que ya tengo en los dientes. Es una situación fea, porque por más que no duele sentís la fuerza del tipo arrancándote algo que durante dieciseis años te ayudó a comer, sabés que no va a volver a estar, sabés que no lo vas a volver a ver ni a limpiar jamás... ¿Por qué tarda tanto? Esto me está empezando a molestar.
Tuc! De la fuerza que estaba haciendo para arriba, me golpeó un diente de la parte superior.
-Tranquilo.
Y sí, ahora que ya pasó estoy tranquilo, puedo abrir los ojos y ver cómo esgrime mi premolar ensangrentado entre las pinzas cual diamante que costó mucho sacar de entre las piedras.
Se dibuja una sonrisa en mi rostro, con la boca cerrada para no mostrar el hueco, pero una sonrisa al fin.
Tardó más que con el otro, tengo que decirlo, pero igual tardó menos que con los dos primeros, con la otra odontóloga.

Abro la boca y me pone una gasa en el nuevo agujero que mi boca tiene.
-Mordé, y apretá fuerte así cicatriza.
-Ji.
-Nada de deportes por veinticuatro horas, si no hacés ningún esfuerzo por cuarenta y ocho horas mejor todavía.
-Ahá.
-Igual ahí en recepción te dan el papel con las indicaciones.
-Ok.
-Nos vemos, che, muy bien.
-Cjau, grajiaj eh!
-No, por favor.

Salgo, me subo al auto. Ya tenía la cabeza en otro lado, después pensaba comer mucho helado de chocolate y de dulce de leche yo solo, pensaba en que tenía que ir a buscar unas entradas para ir a un conciero de Meredes Sosa, pensaba en el libro de física que tenía en la mano, pensaba en que mi vieja se quebró un dedo del pie, pensaba en los dos discos de Pez que el correo había traído y todavía no había escuchado... pensaba... pensaba... pero algo me olvidaba...
Y de repente....
-Hijo de uta! Hijo de uta!
Se quedó con mi diente, y seguramente lo tiró a la basura.
Botón. Garca. Le dije que me lo diera, garca, botón. Hacen sacar mi peor faceta:
-Gollum, gollum, nos engañaron, el precioso debe ser nuestro, sí, gollum, gollum! Fuimos engañados por esos odontólogos, precioso, precioso. Gollum.

Noticias:
-Mi vieja se quebró un dedo del pie.
-Pienso ir a ver a Mercedes Sosa a la plaza de mi ciudad, ya conseguí las entradas anticipadas.
-Tengo dos discos de Pez nuevos (Convivencia Sagrada y El Sol detrás del Sol) que están buenísimos y escucho mientras escribo esto.
-Entre una tonelada de libros que estaban guardados en el galpón de la casa de mi abuela encontré uno de física que está bueno.
-Después de que me sacaran el diente, comí helado de dulce de leche y de chocolate.
-Me sacaron un diente, pero que el garca del odontólogo, haciendo caso omiso a mi pedido, no me lo dió.
Garca.
Botón.
Gollum, gollum.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Why don't you go home?



Los mosquitos. Hasta en los noticieros están, por una supuesta invasión que hay en Capital y alrededores. Bah, a quién quiero engañar, nada de "supuesta", tengo hasta que inyectarme off para que me piquen menos (te pican igual).
Con esto me largué a pensar en lo que hacemos con respecto a una plaga, como son los mosquitos ahora. Los envenenamos en pequeñas dosis, los fumigamos al por mayor, los aplastamos, etcétera. Y? Está bien!! Son una porquería, igual que las arañas, las moscas, las cucarachas y demás porquerías que se arrastran con sus patas o vuelan, entre las que se pueden agregar a los dinosaurios que siguen vivos, como Bernardo Neustadt o Mirtha Legrand.
Encima algunos mosquitos son vectores del dengue y otras enfermedades horribles que pueden llegar a... matar.
Siempre hay alguien que, ante la exterminación de un ser vivo va a decir algo así como "son seres vivos después de todo". Pero NADIE defiende a los mosquitos, y está perfecto que no lo hagan, por su salud especialmente, porque después en vez de tener que cuidarse de los mosquitos se va a tener que cuidar de la inmensa cantidad de picados que lo van a querer cagar a palos.
Es totalmente espantoso cuando vos estás tratando de dormir, en una noche de calor especialmente, y viene un mosquito y te pasa cerca del oído, como avisándote: "tapate todo, que estoy acá, no me ves y te quiero sacar la sangre". Y vos te cagás de calor, pero no le das el gusto de picarte a ese insecto de mierda. Hijos de puta, cuando me zumban en el oído me recorre un escalofrío por todo el cuerpo.
Entre los pensamientos que me surgen relacionado con el mosquito, me encanta hablar de cómo la mayoría de las personas los matan recién cuando ya los picaron, ya que generalmente no perciben a los mosquitos antes de ser picados(salvo que los vean o escuchen), debido a su insignificante peso, claro está, comparado con el del humano.
Está bien, el mosquito, una vez muerto, no puede contagiar a nadie más ninguna enfermedad, no puede picar a nadie más, no te puede picar otra vez, no puede zumbar en la oreja a los que tratan de dormir, ni nada de los otros males que acostumbran a causar en nosotros, que además nos trastornan psicológicamente (yo me vuelvo loco cuando me pica un mosquito), pero no deja de ser algo muy frustrante! El bicho ya te picó, y vos sólo obtenés una vendetta que no te calma el dolor, la picazón, el ardor, la alergia, o lo que te cause ese bicho cuando te ataca. Solamente puede servir psicológicamente en algunos casos, porque la picadura sigue estando, y a menos de que seas tan paranoico (como yo) como para creer que cuando matás a un mosquito estás destrozando a uno de tus más grandes enemigos, no hay cambio alguno, porque la picadura está ahí, hinchándote el brazo, las bolas, la paciencia, todo.
Y acá está la excepción a la regla: los tipitos, con un tema de su tercer "disco oficial" del año 1999, Cocrouchis, haciendo el temazo que le da nombre al disco y que tiene una letra que te hace replantear tu crueldad hacia estas porquerías con antenas y patas llamadas cucarachas, tan odiadas como los mosquitos, o más aún, en especial por las mujeres. Y después de replanteártela, decís "sí, amo ver su cerebro desparramado por el piso cuando levanto la zapatilla/ojota/mocacín/media/pie descalzo después de haberlas pisado inclinando todo el peso de mi cuerpo sobre esa pierna" Con el botón derecho, "Guardar destino como" o "save target as", justo acá.

Actualización: juro que escribí este post si siquiera saber que existía este.

lunes, 12 de marzo de 2007

Exijo respeto

No voy a mentir, más de una vez me sentí fuera de los estereotipos.
Caracterizan al típico adolescente como el que hace el colegio sin ganas y por obligación, el vago que no se mueve de la computadora para hacer deporte, excepto fútbol, el típico grupo que son manejados como ganado, en especial cuando uno de ellos se pone a hacer quilombo o en una postura ridícula y todos los demás los siguen sin pensar.
Siempre le di mucha bola al colegio (tal vez en exceso), hice deporte continuamente desde los cinco años y no me gusta el fútbol, me resistía a masificarme, etcétera. Entre los que me parecen dos de los más importantes, siempre respeté las reglas de tránsito, y nunca le falté el respeto a ningún hombre/mujer por ser anciano. Y las mantengo ambas dos hasta ahora. Pero hoy aún no entiendo cómo mierda hice para poder mantener la segunda de estas dos conductas. Me agarré un veneno impresionante.
Hoy iba con la bicicleta por una calle en cuya esquina se encontraban algunos policías del tránsito parando los autos, que formaban una fila de una cuadra. Pasando por al lado de los autos, por la calle, con el movimiento de la pedaleada de la cuadra anterior, y prácticamente a paso de hombre, aparece de entre los vehículos y en mi camino algo que no debía aparecer, algo que no corresponde a la mitad de la calle, fuera de lugar, y para mi mala suerte, en mi camino.
Un peatón, un hombre de aproximadamente setenta años, cruzando la calle por la mitad de cuadra, mirando para abajo. Para cuando me di cuenta que tenía que frenar, mi bicicleta se atravesaba en su camino, y él se la llevaba por delante, conmigo encima.
Surgió la siguiente... "charla":
Yo: Uh, disculpe, señor, está bien?
Él: ...
Yo: ...
Él: sos BOLUDO vos? Eh?!
Yo:...
Él: Eso te pregunto yo a vos, sos BO-LU-DO vos???
Yo: Me parece que el imprudente es el que cruza la calle por mitad de cuadra, señor, no el que va con una bicicleta por la calle...
Él: Pero ESTÁS LOCO vos? TOMATELÁS, haceme el favor, PELOTUDO!
Yo: Señor, usted no tiene que cruzar por el medio de la calle, yo iba con mi bicicleta por la calle y usted estaba cruzando por mitad de cuadra!
Él: Pero sos BOLUDO vos? O estás LOCO? Cómo vas a ir por la calle*, a todo lo que da**...
Yo: Señor, yo iba lento y usted cruza por mitad de cuadra! Cruce por la esquina y esto no pasa!
Él: TOMATELÁS, PELOTUDO, TOMATELÁS! Yo tengo derecho a cruzar sin que me pisen!
Yo: Usted tiene derecho a cruzar por la senda peatonal, y tiene la obligación de cumplir las normas de tránsito, yo estoy haciendo lo correcto. (lo que viene a continuación lo dije porque estaba muy caliente y no estaba dispuesto a putearlo) No me falte el respeto porque soy joven, yo a usted lo respeto a pesar de que me embistió y usted no hizo más que insultarme!
Él: Pero por dónde querías que cruce?!
Yo: Por la esquina, que es por donde deben cruzar los peatones, señor!
Él: Pero TOMATELÁS, haceme el favor, TOMATELÁS.

Fíjense de quién vienen los insultos y las agresiones.
Aún no sé si pretendía que *yo fuera por la vereda o si pretendía que yo **fuera aún más lento, si hubiera sido una moto, él no hubiese vivido para contarlo y posiblemente a mí me hubiesen arrestado hasta que el caso se esclareciera, y si esto no pasaba, chau Molestia Aparte.
Bueno, después caminé tres cuadras con la bicicleta al costado, porque tenía una ira que pensaba que si me subía a la bicicleta iba a pisar a alguien a propósito para desquitarme, para purgare el veneno que me inyectaron.
Estoy podrido de tener que tratar a los viejos con respeto aún hasta el punto de dejar basurearme porque ellos se enojan cuando no tienen razón y se les acaban los argumentos, todo porque son viejos y yo estoy entrenado para tolerar ignorantes, necios y brutos y no contesto mal como otro y me limito a tratarlo de usted y a decirle "señor". Dos cuadras después puteé mucho, pero no adelante de él. Por qué? Porque no me gusta ser un estereotipo, porque mis viejos me educaron así, porque veo lo que es un maleducado y no quiero ser así, ni que piensen que soy así.
Pero claro, también tengo que soportar otros estereotipos, entre ellos el que se cruzó hoy conmigo: un viejo resentido porque el mundo le da la espalda porque no sirve más para hombrear bolsas de cemento o para atender gente en una oficina, y que además es despreciado por el 70% de los jóvenes de hoy, en su mayoría esos mismos que tienen un Fotolog con muchas faltas de ortografía intencionales y firman estupideces con más estupideces, esos mismos jóvenes a los que no me quiero parecer y con los cuales hoy fui confundido, metido en la misma bolsa. No critico a la vejez, porque es adonde quiero llegar, siempre y cuando sea con salud, con coherencia y rodeado de seres queridos. Es más, aprecio a muchos viejos: mi abuela es una de mis interlocutoras favoritas, mis vecinos son gente muy buena, mis profesores son a quienes les debo más de la mitad de las cosas que sé.
Pero, como me canso de repetir, todos los días se redescubre que hay de todo en todos lados: están los profesores que aman su trabajo y aquellos que dan las clases sin ganas, están los que respetamos a rajatabla las normas de tránsito y los que se cagan en ellas y matan chicas corriendo picadas, está mi abuela y este viejo.
Y aún no voy a aceptar que me consideren un joven más que le falta el respeto a los ancianos, porque me tragué el veneno y los transformé en "señor".

miércoles, 7 de marzo de 2007

60- De la forma de contar cómo pasa el tiempo

Este el post sesenta del blog.
El sesenta es un número interesante. A que no?
Sesenta es múltiplo de uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, diez, doce, quince, veinte, treinta y sesenta (creo que no me olvidé ninguno). Es nada más y nada menos el número en el que basamos nuestra medición insantánea del tiempo, ya que utilizamos el sistema sexagesimal para medir los segundos que forman minutos y los minutos que forman horas. Vieron cómo cualquier nabo puede hablar de números? Ahora vamos a analizar a un tipo que lejos de ser un nabo, era un capo. Se trata del genio Isaac Asimov.

Hace unos cuatro años leí el libro de Isaac Asimov "El secreto del Universo y otros ensayos", donde se hace una compilación de ensayos de Isaac Asimov escritos para la revista "The Magazine of Fantasy and Science Fiction". Uno de los artículos que aparecían en el libro se llamaba "Doce coma tres seis nueve".
El artículo hablaba, justamente, de la forma en la que los humanos utilizamos los números pensando que todo se tiene que ajustar a un conjunto de relaciones aritméticas simples. Así, cuando el primer hombre en afirmar que la Tierra se desplazaba en el espacio (un discípulo de Pitágoras, alrededor del 480 a.C.), se tenía que definir todo con una cantidad de "esferas" que giraban alrededor de un "fuego central invisible", y tras una entramada serie de razonamientos, se concluía que habían 10 esferas concéntricas que giraban alrededor del "fuego central". Por otra cantidad de razonamientos, se definía al 10 como a un número perfecto, por lo que todo el universo se tenía que ajustar al número 10. Pero, después se desechó la idea del número 10, por lo que se volvió a ajustar este esquema del universo al número siete. Todo esto se fue por el caño cuando Galileo, en 1610, descubrió algunos satélites de Júpiter. Bueno, casi, a Galileo le discutieron a muerte que eso era incorrecto, porque si no se ajustaba al número siete, era error del telescopio...
Se siguieron descubriendo más y más satélites y cuerpos en el espacio, por lo que a los obsesivos de los números se les complicó la cosa. Pero lo que le interesó a Asimov fue que un gran astrónomo llamado Johannes Kepler comentó una vez que el año debería tener sólo 360 días, ya que para el sistema que utilizamos la Tierra gira más rápido de lo debido, y por eso no hay exáctamente 365 días, sino 365 y 1/4. De allí se deduce que cada cuatro años se forma un día más, el 29 de febrero. Al girar la Tierra más rápido, Kepler dedujo que así lo hacía también la luna, y entonces, en lugar de tener 12 meses lunares por año de treinta días y dos quintos cada uno, pero en su lugar solo emplea veintinueve días y medio en cada revolución.
Al tener 360 días, se reajustarían las duraciones de las horas, minutos, segundos, etcétera, para que de todos modos tuviéramos 360 días de veinticuatro horas. El 360 es un número muy cómodo: es casi el único número de esa magnitud que es divisible por tantos otros números: 2, 3, 4, 5, 6, 8, 9, 10, 12, 15, 18, 20, 24, 30, 36, 40, 45, 60, 72, 90, 120 y 180. Y además se ajustarían perfectamente los meses lunares: 12 meses de treinta días por año.
A pesar de presentar todas estas conveniencias y a pesar de que hace miles de años que se le busca la vuelta al calendario, seguimos usando uno poco práctico.
Pero entones Asimov escucha unos números y luego pregunta si, como tantos otros antes, Kepler había intentado relacionar su teoría con el misticismo filosófico de otros. Al escuchar que no, Asimov divagó entre cifras y propiedades de la Biblia, para formar así una teoría que relacione el diseño del Universo con la Biblia.
Las ideas de Asimov son algo así:
Hay 365, 2422 días en el calendario que utilizamos, según el calendario de Kepler sobran 5,2422 días. Pensándolo como lo haría un místico, esto tiene que estar relacionado con la Biblia. Según la tradición, el Antiguo Testamento está dividido en tres partes: los libros de las leyes, los libros de los profetas y las escrituras, de los cuales los cinco libros de la Ley son los más sagrados. Bien, de aquí se deduce que la importancia de "lo que sobra" del año "perfecto" sea 5,2422. Momento, falta la cifra decimal. Bien, la cifra decimal puede ser dividida en 24 y 22, cuya media es 23. En el Antiguo Testamento nos quedaron los libros de los profetas y las escrituras. Según la Biblia protestante y la judía (no la católica romana) estos libros suman 34, pero en la antigüedad estos libros se reducían, ya que los doce libros de los profetas eran compilados en uno sólo; sumando así 23 libros. De esta forma, que sobren 5,2422 días representa un monumento al Antiguo Testamento.
Y el número de meses lunares? Bueno, los meses lunares, que deberían ser 12, en nuestro sistema son 12,369. Si anteriormente se hacía referencia al Antiguo Testamento... esta cifra debe hacer alusión al Nuevo Testamento! Cualquier místico les diría que es totalmente obvio. Entonces hay que buscar qué es lo que diferencia al Nuevo Testamento del Antiguo. Por supuesto, esto es el pasar de considerar a Dios como entidad única a considerarla como una trinidad. Entonces, lo primero que vamos a hacer es dividir el número por tres, y el resultado nos da 4,123. Una cifra más que interesante, diría cualquier místico, ya que, ¿Qué pueden representar estos cuatro primeros números naturales con relación al Nuevo Testamento? ¡Claro! Los cuatro evangelios. Entonces, ¿por qué se pone primero el cuarto, el de Juan, y luego el de Mateo, Marcos y Lucas? Porque el Evangelio de Juan tiene una visión distinta con respecto a Jesús, mientras que los otros tres presentan visiones casi iguales.

Es así como Asimov, a pesar de que detesta a aquellos que intentan encontrar una relación mística a todo descubrimiento, se burla de ellos con una teoría que cuando uno la lee dice "uh, la puta madre, y si este tipo tiene razón?"
Porque no es cualquier místico más, sino Isaac Asimov quien lo dice.
Aparte, escribe unos discos de ciencia ficción excelentes, entre otros el que luego resultó ser la película "El hombre bicentenario" con Robin Williams, y la que inspiró la película "Yo, robot", con Will Smith.
100% recomendado.

martes, 6 de marzo de 2007

No sé quién fue el primero en comparar a la guitarra con la mujer, pero me da el pie para comparar a los forros con una púa. Un guitarrista siempre tiene que tener una encima.

domingo, 4 de marzo de 2007

Ya que estamos...

Ya que estamos con eso de la educación, voy a contar una anécdota del colegio, media pelotuda pero anécdota en fin.

Hace ya unos años, cuando estaba en séptimo, la profesora de matemáticas tomó una prueba. La prueba, no sé por qué raro fenómeno, la habíamos aprobado sólo tres personas en todo el curso. Viendo la cantidad de gente reprobada, decidió hacer una prueba recuperatoria.
Mientras los demás trataban de aprobar el exámen, los que habíamos aprobado nos rascábamos las orejas en una mesa. Uno de los otros dos sacó cartas y nos pusimos a jugar al truco de a dos, mientras el otro miraba como un gil. Jugábamos con la condición de no hacer ruido, pero hubo un momento en que no pude evitarlo.
Él: Truco.
Yo: Quiero retruco.
Él: Quiero vale cuatro.
Yo: Quiero.
Mi compañero me había regalado cuatro puntos intencionalmente, hasta el día de hoy no sé por qué, pero eso me tentó mucho de risa. Fue peor cuando repitió esto tres veces más.
Me reía tan fuerte que la profesora dijo "Petrovichzzzzzzzzzz(escupíá todo cuando hablaba) pare de reirzzzzze, o quiere que lo zzzzzzzaque del zzzzzalón?", a lo que respondí "deje-jajajaj- salgo yo por-jajaja- por mi cuenta-jajajajaja!"
Para peor, seguí riéndome aún afuera del salón, y mi risa retumbaba en todo el silencioso patio.
"Petrovichzzzzzzzzz, ya ezzzzztá? Puede volver al zzzzzzzalón?"
"jaj-NO-jajajajaja, ajajajajajaja, ajajajajaja, jajaja, jajajaja "
"Bien, Petrovichzzzzz, cuando esté lizzzzzzto entre"

Qué pelotudo, cómo me pude haber reído tannnnto de eso.

viernes, 2 de marzo de 2007

Con la pluma y la palabra

Ok, ya me tienen podrido.

Esto pasa porque en este país habla la gente sin saber, creyendo que sabe. Todos sabemos de todo, después de ver el partido de Argentina perdiendo, todos somos mejores directores técnicos que Bielsa, Pekerman, Bilardo o Basile. Vemos un partido de volley y somos todos expertos, y también sabemos más que nuestros profesores del secundario/de la facultad, y sabemos cómo enseñar mejor que ellos a pesar de que nosotros seamos los que estamos estudiando, nos llevamos materias, repetimos, etcétera.

La cuestión del paro docente.
A pesar de que estaba en vacaciones me estuve levantando temprano para ir a nadar. Mientras escuchaba la radio, escuchaba los comentarios de los oyentes sobre los paros que los docentes posiblemente harán en el comienzo del ciclo lectivo 2007. Los comentarios, en su mayoría, eran en contra de los docentes, atacándolos por su decisión.
Primero vamos a dejar algo en claro: los docentes se quejan porque les pagan un mal sueldo y porque además aportan para su jubilación como si estuvieran cobrando cuatrocientos pesos mensuales: una pequeña parte de su sueldo se tiene en cuenta para los aportes jubilatorios y el resto es como si estuviera en negro. Además, esto perjudica a los docentes que llevan tiempo trabajando con respecto a aquellos que recién comienzan: el aumento por antigüedad para alguien con veinte años de trabajo ronda los veintidos pesos.
La mayoría de la gente no sabe esto, pero igual se queja. Se quejan de varias cosas. Entre los comentarios de quejas se encontraban estos:

"Los docentes tienen derecho a hacer paro, pero ellos no se dan cuenta cuánto perjudican a los alumnos".
"Los docentes trabajan cuatro horas, por esa carga horaria, ¿cuánto pretenden cobrar?"
"Cuando uno estudia para docente, médico o policía sabe en qué se mete: cobran poco y trabajan en malas condiciones, pero que no se quejen, se hubieran metido en otra cosa".
"¿Justo ahora se ponen a quejarse sobre el poco sueldo, que van a empezar las clases? ¿Por qué no se que quejaron durante las vacaciones?"
Este fue el peor: "los docentes no trabajan ni cuatro horas diarias, las horas son de cuarenta y cinco minutos".

Y eso que es Radio Mitre, no me imagino lo que sería en Radio 10.
Bien, ahora mis palabras.
Mucha de esta gente no sabe lo que es una escuela pública, mucho menos lo que es estudiar en una y aún menos lo que es trabajar en una. Al menos en una escuela pública en estas épocas, donde las escuelas muchas veces dejan de enseñar para dar de comer a los chicos.
Mucha de esta gente piensa que los docentes perjudican a sus alumnos haciendo paro, porque se reducen las horas de enseñanza y cosas como esa. Yo tengo algo para decir: el que tiene los medios, puede aprender. Ya hace tiempo que todos se quejan de que la escuela secundaria y lo que en provincia nombraron Polimodal, no prepara adecuadamente para el estudio universitario. Ok, entonces, ¿qué hay que hacer? ¿Esperar a que las cosas caigan del cielo? ¡No! ¡Si tenés la posibilidad y el dinero para estudiar por otros medios además de los que el colegio brinda (bibliotecas, internet, etcétera) y querés aprender, no hay nadie que te lo impida! (por ahora) Sino, no te quejes de que no hay clases, porque al colegio vas por obligación y para hacerlo como si fuera un trámite: sin ganas.
Es más, muchos de los que se quejan de que no hay clases no lo hacen porque su hijo va a aprender menos, sino porque no pueden dejarlo en el colegio y tienen que ubicarlo en algún lado para no dejarlo solo en la casa. A ellos les digo que el colegio no es una guardería, es un colegio.
Ni hablar de los que dicen "un maestro trabaja cuatro horas, que no pretenda cobrar mucho". Mi madre es docente, y a pesar de que está en el colegio cuatro horas, trae trabajo administrativo a casa y trae con ella la tristeza de saber cómo está el sistema educativo en el Gran Buenos Aires hoy en día. No se puede dar clases a alumnos que van al colegio por el comedor o por la merienda reforzada. No es que no quieran, no pueden aprender en esas condiciones. Y estoy convencido de que los que se quejan en la radio no saben lo que es que un alumno (un compañero en mi caso) interrumpa la clase para preguntar cuánto falta para el mate cocido. Ni hablar de las pésimas condiciones de los edificios, o aquellos docentes que trabajan doble turno o los profesores que trabajan en diez colegios diferentes todos los días.
Los que dicen que se ponen a quejarse ahora son ridículos. ¿Cuándo vale la pena quejarse, cuando sabés que nadie te va a escuchar y que todos se van a cagar en lo que digas, o cuando te necesitan y te van a dar bola? Ahora es el momento! No cuando todos están viendo Gran Pelotudo y viendo en el programa de Rial la cobertura del conflicto entre Carmen Barbieri y Moria Casán.
Y mi favorito es el de "sabían lo que venía". Yo digo, ¿Cuándo mierda nos vamos a dar cuenta que en un país que quiere progresar tiene que brindar salud, educación y seguridad de óptima calidad para todos y no solo para los privilegiados que pueden conseguirlo todo con dinero? El Estado tiene que proporcionar la mejor educación, salud y seguridad para todos, porque sino el único que puede vivir es el que paga un hospital privado, el que manda a sus hijos a un colegio privado y el que se encierra en un country con su seguridad privada, y los demás estamos fritos.
¿No es hora de que las cosas cambien? ¿Qué mejor incentivo para un trabajador que mejores condiciones de trabajo, un mejor sueldo y la certeza de que cuando esté demasiado viejo y cansado para trabajar pueda cobrar una jubilación digna?

Ok, también hay docentes hijos de puta, que no quieren trabajar, que enseñan mal, que enseñan sin ganas, y que paran por parar, para no trabajar y listo. Bien! También hay abogados, contadores, ingenieros, etcétera hijos de puta. Y yo no veo que a ellos los castiguemos a todos por igual con malas condiciones de trabajo y malos sueldos.


Las cosas tienen que cambiar, y punto. Si el paro es la forma de protesta, bienvenido sea. Los alumnos "se perjudican" más viendo a Tinelli o a Gran Hermano que con un paro, y hasta ahora no escuché a ninguno de estos oyentes de Radio Mitre que se quejan por el paro docente quejrse de la baja calidad de la tele, o de los blogs de internet. En el tiempo en que alguno de sus hijos podrían estar recuperando el día de clases perdido podrían estarlo desperdiciando leyendo este blog.

Bueno, no este justamente, cualquier otro.

jueves, 1 de marzo de 2007

Haberlo vivido para poder contarlo II

Hace ya más de cuatro años, estábamos todos nosotros, compañeros de natación, en las duchas del club donde entrenábamos.
Uno de mis compañeros, al que llamábamos "El Bola" (no voy a decir por qué) viene a sacarme la ducha al grito de "salí de ahí, guacho, es mía". Otro de mis compañeros, el que le decíamos "El Gato"(tampoco se dice por qué) salta a defenderme al grito de "que te pasa, chabón, dejá al pibe en paz".
Entonces, lo que hasta al momento era una joda, comenzó a ser una verdadera guerra en donde los adversarios se tiraban con todo. Sí, se tiraban, se tiraban escupidas...
La primera fue del Bola, que fue respondida por la del Gato, el Bola le contestó, y el Gato le volvió a tirar. Nuestras miradas iban de un lado a otro, viendo cómo los pollos pegaban en nuestros amigos. Pero dejamos de mover la cabeza de una punta a otra del sector de las duchas cuando vimos que el Gato, luego de escupirle al Bola, se sacaba algo de la boca: un garzo de su contrincante.
No nos dieron tiempo a sacarnos la asquerosa imagen de la cabeza cuando vemos que una escupida del Gato logra la vendetta perfecta, pegándole en el ojo al Bola. Si hasta acá quedaba algo de joda, se acabó.
El Bola empezó a correr al Gato por todo el vestuario de hombres, no para escupirlo, sino para matarlo. Pensamos que todo se acabaría cuando uno de los dos se patine; si era el Gato, el Bola le iba a hundir la nariz en el cerebro a piñas, si era el Bola, todos nos íbamos a reir mucho y listo.
Pero el Bola no se patinó, sino que fue algo mucho más gracioso: el Bola, corriendo al Gato, no sabemos cómo (ni él sabe), pero se llevó puesta una pared de lleno en la cara.
Lo mejor fue que el Bola, a pesar de que se hizo mierda, siguió corriendo al Gato luego de rebotar contra la pared.
Pocas cosas nos hizo reir tanto en el club.