domingo, 21 de enero de 2007

Estrategias

Hoy vamos a ver cómo utilizamos contradicciones disimuladamente para sacar ventaja de una determinada situación. Esto pasó hoy:

-Che, hijo, hay que limpiar el mosquitero de la ventana, no deja pasar el aire. Agarrás ese cepillo y así asá (explica qué hacer). Ok?

-Ok, cuando esté al pedo (bastante posible teniendo en cuenta que estoy de vacaciones) y me acuerde (bastante POCO posible teniendo en cuenta que estoy de vacaciones) lo hago.

-Mmm... dejá, lo hago, yo ahora.

Y así me hice el boludo olímpicamente. Igual pensaba ponerme una alarma para hacerlo, porque en ese caso también sacaría beneficio yo, pero me gusta jugar al abogado cada tanto y usar artilugios del habla para joder.

Otra clara muestra de que me gusta hacer esto es cuando discuto por discutir, a pesar de que esté en contra de lo que defiendo, como si discutir fuera un deporte en el que la destreza se basa en la calidad de las retóricas y en la cantidad del tiempo en que el otro o los otros se quedan callados buscando un argumento para esgrimir. Por eso es que a veces (la mayoría de las veces) resulto muy hinchapelotas, y realmente soy una Molestia. Pero si gano, gano por cansancio, porque el otro termina mandándome a cagar por discutir por verdaderas boludeces, si es por discutir posta, voy al muere. Pero de alguna forma me tengo que entretener, no?

1 comentario:

  1. Algo que tenemos en común =)
    No hay mayor placer que el de motivar a otro a la discusión... yo tambien hago eso..
    Eso, o pregunto como si no entendiera, cosa que me expliquen muchas veces lo mismo (cosas bien estúpidas) y de poner a prueba la paciencia de mi interlocutor.

    Si, puedo ser tremenda hinchapelotas.

    ResponderBorrar