martes, 23 de enero de 2007

Experiencias

Cada vez que lo comento me miran como si estuviera loco. Puede que lo esté (no, no creo) pero no porque me gusta nadar en una pileta de veinticinco metros descubierta bajo la lluvia.

Esto fue hoy, nunca tuve la oportunidad de probar en invierno porque no hay piletas al aire libre excepto en el verano. En serio, se los digo sinceramente. La experiencia es bárbara.

Naturalmente, cuando hay sol, el agua de una pileta descubierta se siente más fría de lo que se siente el aire afuera de la pileta. Peor en un día nublado y caluroso, donde además de tener aire caliente el agua está más fría.

Pero cuando llueve todo cambia, el contraste de las temperaturas entre la pileta y el aire es mucho menor, y no sólo eso: el viento se siente caliente y las gotas que caen no molestan, al contrario: son agradables.

No se siente frío, y el entrenamiento es más llevadero, a pesar que tu entrenador te esté gritando "salgan que es una tormenta eléctrica!" y vos, nadando espalda y cagándote de risa con tus amigos, le decís "descarga en cosas altas!".

Aparte, la pileta quedó completamente vacía de esas personas que creen que nadar abajo de la lluvia es malo por no sé cuál motivo, y quedamos sólo los que saben, viendo cómo los demás huían a refugiarse de un agua que no mojaba más que en la que estaban sumergidos hace cinco segundos.

Bueno, debo admitir que fue molesto estar esperando el bondi bajo la lluvia, y también fue algo engorroso tener que caminar hasta mi casa bajo las gotas, pero "la pileta no se mancha".

Abrazo de nadador.

2 comentarios:

  1. A mi siempre me dijeron que la pileta y el mar atraen los rayos. No sé qué tan cierto será, nunca estuve en una pileta durante una tormenta eléctrica y creo que tampoco estaré, principalmente porque si hay algo que no me mueve un pelo es una pileta.
    De la playa sí nos escapamos cuando se larga la tormenta, más que nada porque la arena ya es lo suficientemente molesta cuando vuela de manera normal, con una tormenta no se aguanta, y la mugre y las sombrillas... en fin.

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  2. Adoro eso, pero me da miedo!
    No sé, por algún motivo nací miedosa, o me hice miedosa, así que cosas así las disfruto diez, quince minutos, y después chau! ..


    Saludos!

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