martes, 9 de enero de 2007

Haberlo vivido para poder contarlo

Bueno, como ya dije antes, me encanta nadar. Nado desde que tenía cinco años y entré a un plantel a los diez, más o menos. Nadar me dejó mil y una anécdotas(especialmente el plantel), de las cuales tal vez no llegue a contar ni el 5%, pero esta es una buena para comenzar.

Un viernes de invierno a la tarde, mi entrenador Juanjo, mi amigo Guido y yo emprendemos nuestro viaje desde Villa España (Berazategui) hasta Versalles (Capital Federal) para participar en el torneo metropolitano que la Fedaración de Natación de Buenos Aires organiza, en el cual entran clubes de la zona del Gran Buenos Aires. Como eramos solo tres, ni pensamos en alquilar una combi, como cuando eramos quince. Así que el viaje fue en transporte público.

Nos tomamos el tren en Villa España y nos bajamos en Constitución; después de eso, hicimos una conexión con dos subtes hasta Once (creo que era Once), donde nos tomamos el Sarmiento hasta Versalles o Liniers(no se rían de mi poca memoria, fue hace como... un año y medio!)... hasta Liniers, estoy seguro. De ahí, caminamos unas pocas cuadras hasta llegar al Ateneo Popular Versalles, donde la competencia se llevaba a cabo. Claro, nosotros, que acostumbrábamos a descansar antes de competir, con el viaje estábamos medio hechos mierda.

Cuando competimos(nueve y media/diez y media), yo tuve la buena suerte de igualar mi tiempo anterior (nada mal en una carrera corta y sin haber entrenado mucho) y Guido tuvo la mala suerte de subir unos dos segundos (que es la diferencia entre ser campeón nacional y ser quinto u octavo, más si vas al gimnasio y entrenás).

En el camino de vuelta (a eso de las doce/doce y media de la noche), el entrenador levantaba en peso a Guido (mejor digamos "lo cagaba a pedos") por haber subido el tiempo en vez de bajarlos. Llegando al club Velez Sarfield, a nuestro entrenador se le ocurre invitarnos a comer hamburguesas en una panchería que estaba en frente, llamada Panchos 10 o Panchos 95, el número es indiferente. Estas pancherías tienen (al menos, entre nosotros) mala fama, por ser una de dos cosas: un puesto de lavado de dinero (al cual se le adjudican ganancias que no se tienen para justificar grandes cantidades de plata obtenidas ilegalmente, para que no piensen que tienen lavarropas de billetes), o de un lugar donde te venden drogas...

En fin, luego de comer ahí nos repetimos el recorrido tren- subte- subte- tren para volver a nuestros pagos. En el Ferrocarril Roca (en la estación de Avellaneda) tuvimos el inconveniente de cruzarnos con la hinchada de Estudiantes que volvía de ver empatar a su equipo con Independiente. Tiraron unos tiros pero no pasó nada, y el viaje de vuelta se concretó sin ningún incidente.

Lo interesante es lo que pasó al día siguiente. Ustedes dirán "para qué me contaste lo del viernes si lo importante es lo del sábado?"... tienen razón, pero igual lo del viernes era importante.

Al día siguiente, competimos a eso de las dos de la tarde. Muy amablemente, los padres de Guido se ofrecieron a llevarnos en su auto hasta Versalles. En el auto, se estableció la siguiente conversación:

Padre de Guido:- Che Guido, y cómo les fue ayer?

Guido:- Maso... yo subí y Jóse hizo el mismo tiempo.

Madre de Guido:- y qué comiste?

Guido:- Juanjo nos llevó a comer hamburguesas al--

PdG:- Hamburguesas?!?! Tu entrenador te llevó a comer hamburguesas?!

MdG:- Nosotros te alimentamos sano y tu entrenador- TU EN-TRE-NA-DOR!- te lleva a comer hamburguesas?! HAMBURGUESAS?!

Yo:- Cuál es el problema?

MdG:- las grasas... la porquería con las que están hechas las salchichas y las hamburguesas...

Y:- Toda grasa que se consume es grasa que puede ser quemada convirtiéndose en energía para nadar. Aparte, la salchicha tiene un montón de hidratos de carbono, son muy--

PdG:- Y dónde las comieron?

G:- Allá! (señalando la panchería)

MdG:- Allá?! ALLÁ TE LLEVÓ TU ENTRENADOR A COMER HAMBURGUESAS?!?! A ese puesto de lavado de dinero?!

PdG:- A ese aguantadero de drogas?! Por Dios! Tu entrenador!

Los padres de Guido pueden ser algo engorrosos en algunos momentos... pero son macanudos. Padres de Guido, los queremos...

Ese día, cuando competimos... yo bajé dos segundos. Guido BAJÓ CUATRO SEGUNDOS.

Culpen a las hamburguesas, por favor. Gracias Panchos equis al cuadrado.

Los Padres de Guido me parece que ese día aprendieron una lección de nutrición. Nosotros estábamos super felices por haber bajado el tiempo, claro, y encima en carrera larga, que es donde más nos costaba a ambos.

Anécdotas con natación, hay muchas. Ya van a haber más, seguramente.

3 comentarios:

  1. Venden drogas... pero no digas q yo te lo dije.....

    (musiquita de suspenso)

    Lo q pasa es q esas hamburguesas tenian otra cosa...

    (musiquita de suspenso)

    y yo me pregunto a q venia eso de los hinchas de estudiantes??

    De la estacion a el ateneo una "pocas" cuadras... 10 por lo menos =S... igual tenes razn despues del viaje q hicieron esas eran pocas cuadras

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  2. por culpa tuya tengo q ir a comprar drogas a otro lado.. este ya lo kemaron mucho por lo visto

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  3. "y yo me pregunto a q venia eso de los hinchas de estudiantes??"

    Simón: Ambientación. Esta es una anécdota Jenga(wtf?!), en donde parece que muchas cosas sobran, pero al sustraer una se viene todo abajo, así que por las dudas no toques ninguna ficha, ni nada ... (musiquita de suspenso) =S

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